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    Algunos analistas afirman que bitcoin (BTC) es inmune a las crisis que sufren las finanzas mundiales; aseguran que es una cobertura contra cosas como la inflación y una apuesta segura contra la incertidumbre. No es así, dicen los medios de comunicación: existen innumerables artículos de prensa que demuestran que bitcoin se ve afectado por alteraciones externas del mercado, además de otros factores que no afectan a los productos financieros convencionales, como la regulación internacional y las redes sociales.

    En este artículo haremos un rápido repaso por los principales catalizadores que hacen subir y bajar el precio de bitcoin.

    Acontecimientos del mercado

    El precio de bitcoin suele caer al mismo tiempo que los mercados globales. Cuando la pandemia de coronavirus afectó a éstos, en marzo de 2020, el precio de bitcoin también sufrió una caída. En el transcurso de una semana, a mediados de marzo, bitcoin cayó 57% hasta alcanzar mínimos de $3.867. Luego, al igual que el mercado de acciones, se recuperó y se hizo más fuerte que nunca, alcanzando máximos históricos al año siguiente. Los analistas creen que esto se debió al exceso de tiempo y de ingresos disponibles que tuvieron algunos traders minoristas durante la pandemia, además del auge del mercado de stocks.

    Bitcoin también ha reaccionado a otras crisis del mercado. Por ejemplo, la criptomoneda cayó 6,9% a finales de 2021 cuando los operadores temieron que Evergrande, el gigante inmobiliario chino, estuviera a punto de colapsar. Y también cuando Didi anunció sus planes de retirarse de la Bolsa de Nueva York. En general, ha reaccionado positivamente a la inflación, subiendo junto con los precios de los bienes de consumo y materiales.

    Es imposible enumerar todas las turbulencias económicas que afectan a bitcoin, pero hay suficientes pruebas para sugerir que sigue los mercados globales en cierta medida.

    Un artículo publicado en 2020 sobre la volatilidad de bitcoin en el Journal of Economic Dynamics and Control descubrió que la volatilidad no se ve influida por “la mayoría de los anuncios de noticias macroeconómicas programadas en Estados Unidos”, pero que el panorama se agita cuando se publican “indicadores prospectivos, como el índice de confianza del consumidor”.

    El sobreapalancamiento sistémico exagera estas alteraciones y contribuye a la volatilidad. El apalancamiento se produce cuando un operador toma prestado capital de un exchange para acelerar su potencial de inversión. En lugar de operar con $1.000 propios, por ejemplo, el inversor pudo pedir prestado a exchanges hasta 100 veces su depósito inicial y operar con hasta $100.000. Por supuesto, tomar prestado ese tipo de dinero conlleva graves riesgos de liquidación.

    Cuando un gran número de operadores altamente apalancados apuestan por que el precio de bitcoin se moverá en una dirección, se crea una oportunidad para que otros grandes inversores (ballenas) muevan su precio en la otra dirección. Esto desencadena una cascada de liquidaciones, provocando la caída libre del precio de bitcoin y creando enormes pérdidas para los operadores de largo plazo apalancados. Las ballenas entonces pueden comprar bitcoin a un precio mucho más barato que antes a expensas de los traders “rekt”.

    Por último, los fines de semana —lo creas o no— también pueden tener un impacto significativo en la volatilidad del precio de bitcoin. Hay menos operadores detrás de sus ordenadores supervisando los mercados durante estas fechas, lo que significa que hay menos resistencia cuando los precios caen y no hay tanta toma de beneficios cuando suben. Esto puede llevar a menudo a oscilaciones de precios más significativas en ambas direcciones.

    Regulación internacional

    La regulación internacional tiene un gran impacto en el precio de bitcoin porque determina qué mercados pueden acceder a él, dónde pueden establecerse las empresas y dónde pueden operar los mineros. Aunque países como el Reino Unido, Tailandia e India han demostrado tener una influencia directa en el precio de bitcoin, hay dos mercados principales que son los que más influyen: los Estados Unidos y China.

    El desplome de bitcoin, que pasó de cerca de $65.000 en abril de 2021 a alrededor de $35.000 a mediados de junio, fue en gran parte una respuesta a las medidas enérgicas de China contra la minería de esa criptomoneda, que cayó un 5,5% cuando el gobierno chino aclaró en septiembre de 2021 que las criptomonedas eran ilegales.

    En los Estados Unidos bitcoin responde a las noticias de reguladores y legisladores. En 2021 el proyecto de ley de infraestructura del presidente Joe Biden perjudicó la cotización de la criptomoneda porque planteaba dificultades a los exchanges descentralizados, ya que iban a tener que proveer información fiscal de clientes que, por su naturaleza, no recogen.

    No todo es negativo. Bitcoin también reacciona positivamente a las buenas noticias. La expectativa de un anuncio de que la Comisión de Valores de los Estados Unidos daría luz verde a un fondo cotizado de futuros de bitcoin ayudó a que el precio de la criptomoneda subiera alrededor de $3.000 en octubre de 2021.

    Finanzas tradicionales

    Los movimientos dentro de las finanzas tradicionales pueden impulsar o perjudicar el precio de bitcoin porque determinan la facilidad con la que epicentros financieros como Wall Street invierten en esa criptomoneda. Los movimientos de mayor envío de dinero de Wall Street a bitcoin —como grandes bancos ofreciendo bitcoin a sus clientes— suelen correlacionarse con subidas de precios. Los operadores tienen miedo de las malas noticias, como que un titán de Wall Street se desprenda de bitcoin.

    La criptomoneda a menudo ha subido cuando las principales empresas anuncian que la han añadido a sus balances, como ocurrió después de que MicroStrategy y Tesla invirtieron en ella. Por el contrario, la capitalización bursátil de bitcoin cayó de $2.43 billones a $2.03 billones después de que el CEO de Tesla, Elon Musk, dijera que la compañía dejaría de aceptar bitcoin para pagos, en mayo de 2021, citando razones ambientales.

    Los productos financieros tradicionales también pueden tener un impacto en el precio de bitcoin, particularmente los productos derivados que representan contratos que siguen el precio subyacente de BTC. Como ya hemos comentado, el comercio de futuros apalancados a menudo puede fomentar cambios bruscos de precios, pero también pueden hacerlo otros productos como el comercio de opciones cripto. En pocas palabras, éstas dan a los inversores el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender el activo subyacente (en este caso, bitcoin) a un precio determinado (conocido como precio de ejercicio) antes de una fecha determinada o durante ésta.

    Cuando un gran número de opciones out-of-the-money (OTM) de bitcoin vencen al mismo tiempo, éstas pueden generar volatilidad en el mercado. El término OTM hace referencia a la no rentabilidad de las opciones, como ocurre cuando el precio de ejercicio (el precio acordado para comprar el activo subyacente) es superior al precio actual del mercado.

    Antes del vencimiento es habitual que grandes inversores, como los market makers, se cubran con el activo subyacente para reducir las pérdidas extendidas si bitcoin oscila en la dirección opuesta.

    Redes sociales

    Cuando los CEOs de empresas tecnológicas están en todas las redes sociales, las líneas entre las finanzas tradicionales y la influencia de las redes sociales pueden ser borrosas. Los inversores minoristas parecen especialmente sensibles a los comentarios sobre bitcoin de los grandes influenciadores.

    La criptomoneda se disparó más de un 20% después de que Elon Musk cambiara su biografía de Twitter por la de bitcoin, ya que indicaba a los inversores minoristas que Musk podría estar a punto de invertir en bitcoin, algo que posteriormente hizo a través de Tesla. Esto va en paralelo con la fuerte influencia del CEO sobre otros activos, en particular dogecoin.

    Algunos analistas han tratado de analizar las redes sociales para predecir precios. En un trabajo de 2021 dos científicos surcoreanos llegaron a la conclusión de que las publicaciones sobre bitcoin son más frecuentes cuando los precios son altos y menos frecuentes cuando los precios son bajos. Un trabajo de investigación de 2019 de analistas indios concluyó que las publicaciones negativas y positivas están correlacionadas con el precio de bitcoin.

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